jueves, 15 de abril de 2010

¿Hay algo de positivo en tener sólo un hijo?

Por un lado, para las familias supone la mitad de preocupaciones y la mitad de gastos. Además es posible ocuparse mejor del hijo y darle más oportunidades y facilidades en la vida. Existen expertos que afirman que los hijos únicos poseen más capacidad para ser triunfadores en la vida. Consideran que el niño vive con una carga menor de ansiedad pues no tiene que disputar el espacio ni la atención de sus padres. Lo que a la vez en un inconveniente porque el niño no aprende a compartir.
Todo le pertenece.

El problema de crecer sin hermanos es que todas las expectativas y las exigencias familiares estarán puestas sobre él. Tal vez sea por eso que algunos estudios señalan que un hijo único crece con ideas de vencedor, debido a que sus padres proyectan en él sus propias ilusiones y siempre le exigen dar lo mejor de sí mismo. El hijo único es el que sufrirá los miedos y equivocaciones de sus padres. No tendrá con quien compartirlas. Y además, pueden que se aburran un poco más que lo normal. Pero nada es tan definitivo. Tanto los hijos únicos como los que tienen hermanos pasan por las mismas situaciones.

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