jueves, 15 de abril de 2010

El mal humor es parte de las alteraciones que demuestran que el niño está creciendo

El tiempo pasa para todos. El niño que hace poco era un bebé, hoy ya no usa pañales, ya charla de temas variados, y su comportamiento experimenta cambios, día a día. Antes se despertaba y se expresaba con más alegría, con más disposición, y ahora parece probar más ratos de aburrimientos, de enfados, y de mal humor. Los padres que experimentan esos cambios en sus hijos por primera vez, no deben asustarse. Son alteraciones que demuestran que el niño está creciendo. Habrá, como en todo, casos que superan los límites de la paciencia, pero hay que mantener la calma, seguro que somos todos capaces de controlar la situación, quitar el mal humor y, a la vez, estimular y fomentar la alegría, el auto control, y el bienestar en nuestros hijos.

Muchos padres se quejan contándonos que su hijo, en los primeros años de vida, era tierno y educado, pero que ahora, hay días en que se expresa de una forma muy “pesada”, incontrolable, sin paciencia, y con más resistencia. Y ellos se preguntan dónde se equivocaron. Tranquilos, el mal humor de los niños es parte de su desarrollo. Algunos niños, aunque hayan dormido lo suficiente, pueden que despierten con malas ganas, y que vuelvan locos a sus padres en su tentativa de animarles para ir al cole, por ejemplo. Cada niño es un mundo y cada uno tiene un ritmo diferente. Cuando no presentan dificultades para empezar el día, es casi seguro que lo hará en otros momentos. Puede que sean más testarudos a la hora de vestirse, o que discutan acerca de la comida, de cómo habéis guardado sus cosas, etc.

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